Mundo lejano

Mente vacía, los libros sobre la mesa simétricamente ordenados, la radio prendida, oigo voces sin escuchar y allá afuera el invierno golpea incesante.
La humedad flota en el aire y la preocupación ya no forma parte de mi,
el frió de mi corazón parece preocuparles a quienes me rodean pero yo no comprendo de que me hablan.
El tiempo se encargo de cambiarme sin poder darme cuenta y aunque a veces intento regresar no hallo la manera.
Me gusta este mundo, mi mundo, tan cerrado, tan impenetrable porque fue construido a base de dolor, a base de lagrimas, allí me hice invulnerable enterrando recuerdos y heridas... Empezando una nueva vida.
El dolor ya no puede afligirme, ya no puede pisotear mis emociones, ya no soy objeto de se juego ni deseos...

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