Todos los días advierto mi muerte, la siento dibujarse y asentuarse en mi historia,
cada día muero un poco más que ayer, voy cavando mi fosa entre suspiros
de indiferencia y aunque el dolor ya no duela, aunque el fuego ya no queme
y aunque el miedo se haya desvanecido, en alguna parte de mi memoria
recuerdo como aferrarse a felicidad era el motor y eje de mi existencia...
¿En que momento me perdí de mi misma que no he logrado volver a encontrarme?
¿Y en que momento abandone toda idea de sonreír sin importar los días oscuros?

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