Alguien me observa
Y esa noche estaba segura, la decisión estaba tomada y no sentía ningún tipo de culpa, en cambio sentía mucha tristeza, mucho dolor, pero; no por mi, yo no tenía forma de sentir ningún tipo de pena hacia mi, ni una gota de compasión, todo mi ser estaba roto, pieza por pieza, esparcidas en un vacío que ya no podía llenar de ninguna manera, me sentía triste si, pero por todos aquellos a quienes quería dejar, por todos aquellos quienes quedarían aturdidos, sin respuestas y confundidos porque yo no era así, al menos en la superficie no había signos que pudieran llevar a la conclusión de que era un ser amargado, un ser que vivía día tras día arrastrándose... Arrastrándose buscando el más mínimo motivo para respirar, para que despertar cada mañana no doliera, una mínima razón para levantarse de la cama y salir a la calle sintiéndome afortunada de poder ver el cielo, de poder oír todo tipo de sonido, de poder caminar, de poder respirar, de poder hablar, mover cada parte de mi cuerpo... pero nunca, nunca nada era suficiente para mi.
Esa noche la pude sentir tan real, era diferente a las demás veces... Podía observarme desde el otro lado de la habitación, sonreía, alzaba su copa y su sonrisa era una mueca burlona entre los labios, pero me hacía sentir bien, sabía que en cuanto le dijera que si ella accedería encantada y orgullosa, solo debía decirle que si y todo acabaría allí. No podía pensar en si dolería, no podía imaginar si sería breve, rápido o antes pasarían muchas horas agonizando... Solo quería entregarme, sentir mi cuerpo ligero ascendiendo a la nada, pero no, al momento de tomar cierta decisión siempre hay un poco de inquietud, esa inquietud que desconcierta y abre paso a la duda, la maldita duda una vez más!!! Otra vez saboteando el plan y otra vez desafiando mi coraje...
Lloré mucho, lloré tanto que el valor me abandono. Ella ya no estaba al otro lado de la habitación, se había ido, pero no conmigo...
Esa noche la pude sentir tan real, era diferente a las demás veces... Podía observarme desde el otro lado de la habitación, sonreía, alzaba su copa y su sonrisa era una mueca burlona entre los labios, pero me hacía sentir bien, sabía que en cuanto le dijera que si ella accedería encantada y orgullosa, solo debía decirle que si y todo acabaría allí. No podía pensar en si dolería, no podía imaginar si sería breve, rápido o antes pasarían muchas horas agonizando... Solo quería entregarme, sentir mi cuerpo ligero ascendiendo a la nada, pero no, al momento de tomar cierta decisión siempre hay un poco de inquietud, esa inquietud que desconcierta y abre paso a la duda, la maldita duda una vez más!!! Otra vez saboteando el plan y otra vez desafiando mi coraje...
Lloré mucho, lloré tanto que el valor me abandono. Ella ya no estaba al otro lado de la habitación, se había ido, pero no conmigo...
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