Compañía pasajera
Tal vez
deberemos respirar un poco de soledad, abrazarla y sentir como ella nos
devuelve el gesto, entregarnos sin poner fuerza a ella, simplemente dejar que
nos invada y acomodarnos un poco para acostumbrarnos sin tantos inconvenientes.
Tal vez
deberemos aprender a apreciar su nostálgica compañía, escuchar con ella las
melodías más solemnes, escuchar todo lo que su silencio tiene que decirnos con
toda la atención posible para que no se nos escape ni el más mínimo detalle sobre
aquello que busca hacernos comprender.
Tal vez
deberemos refugiarnos en su consuelo, intentar borrar de nuestras mentes los
malos recuerdos, confiar en ella y limitarnos a buscar respuestas que solo ella
sabría darnos.
Tal vez
deberemos sufrir un poco, tú y yo por separados, pero la soledad sabrá
acogernos en sus brazos y con un poco de tiempo y serenidad, cuando las cartas
se pongan sobre la mesa,
Cuando los
rencores se hayan desvanecido, cuando por fin nos invada el alivio,
La soledad se
marchará, no sin antes decirnos: Es el momento de luchar, es el momento de
correr tras ese amor sin el que no puedes ni debes estar, es el momento de que
busques la felicidad.
Y cuando eso ocurra, tú y yo nos volveremos a
encontrar…
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